viernes, 15 de octubre de 2010

¿Nos dejó algo la “Generación del 2000”?


Texto de Alex Alejandro Vargas

Estamos en una época en que nadie se siente identificado con su generación literaria porque no hay con qué. Pues la expresión colectiva a estas alturas de nuestro tiempo al parecer ya no existe. Hubo un intento al comienzo de esta década pero los grupos literarios quedaron como plataformas universitarias y sin ningún ánimo de establecer algo. Hay todavía alguno o algunos vivos. Algunos publicaron en conjunto. Pero pregunto: ¿Qué han propuesto y dónde quedó su propuesta? El Che Guevara decía que en una verdadera revolución se triunfa o se muere, yo plantearía esas palabras a las propuestas artísticas de nuestros escritores nuevos. Pero por lo visto la mayoría hemos muerto.

Valdelomar escribió sobre Vallejo: “Vallejo es un poeta. Hemos abusado de este término. Vallejo es un poeta en la más notable acepción de la palabra”. Casi cien años después el término poeta no solo fue prostituido sino también olvidado. Ahora es muy fácil publicar un libro. Solo necesitas 500 dólares y puedes tener una bonita edición. Y entonces, ya eres un señor poeta.

El boom de las editoriales independientes es algo positivo. Loable. ¿Pero cuál es el fin de estos?, ¿tirar betseller y dejar de ser independientes? No afirmo que ellos estén mal, no califico. Solo pongo mis cartas en la mesa. ¿Existe una línea editorial en estas editoras? O solo publican a algunos poetas vacas sagradas para luego sacar tirajes mínimos de poetas y escritores casi desconocidos. Entonces, ¿una editorial independiente lo es porque da espacios donde un escritor nuevo no puede llegar: su propio libro? ¿Ser independiente significa ser marginal? ¿Es publicar como pequeño y competir con los grandes? ¿Qué es ser una editorial independiente? ¿Existe una industria editorial independiente? Si existe (como manda el mercado) entonces existe demanda. Entonces en el Perú sí se lee. Pues entonces, vamos a vender libros de un sol (ambicioso proyecto que hicieron alguna vez). O quizás las editoriales independientes deberían presentar propuestas nuevas, en forma y fondo. Hacer lo que no se hizo. Hacer un propio mercado. No lo sé.

Respecto al premio COPE y el de la PUCP (algunos de los premios más importantes del Perú en literatura), pregunto: ¿Cuántos ejemplares venden? ¿Existe alguna propuesta de intervención que no pase de la imprenta o del comercio por dar a conocer a estos poetas? Pues la respuesta parece NO.

Una década de gestores culturales. Vaya, cuántos recitales, intervenciones y proyectos han corrido. Los jóvenes trabajando para los jóvenes. En muchos casos por amor al arte. Como el arte manda. Es bueno, sano y alentador. Lo que alguna vez Mariátegui escribió en “El artista y el tiempo”, se está dando en buena manera. Pero recién estamos naciendo. La profesionalización de la carrera de gestores se está dando y nos muestra cierto futuro esperanzador.

Pero, veamos, en esta década hubo recitales donde la gente no participaba porque había una investigación mínima, sino un grupo de amigos convocaba a otros que son amigos de sus amigos. Las contra cumbres poéticas también tienen su argolla. Estos recitales, en su mayoría, solo tenían como asistentes a otros poetas o aspirantes a poetas. Igual las famosas antologías poéticas. Hay quienes abusaron honestamente del término “antología”. Como decía Borges, es el tiempo el único que puede realizar antologías. Ni qué decir de las antologías financiadas por los propios autores. Todo esto no es más que cualquier otro negocio.

La gente del 2000 creció con la tradición de un 90 indescifrable, de un 80 somero y de un 70 respetable. De un 60 lleno de vacas sagradas y de un 50 de semidioses poéticos. Entonces, esta generación respetó tanto a las demás que olvidó el respeto a sí mismo. Las décadas anteriores al 2000 tienen poetas totalmente respetables y que hemos leído con mucha pasión.

¿Pero la esencia del arte no sería ser trasgresor, parricida e innovador? ¿Qué diferencia a ésta generación con la del 90, del 80? ¿Las nuevas tecnologías? ¿Bajó precio del papel para imprimir libros? ¿El internet? Solo eso. El querido Vallejo decía que la poesía nueva no se da por palabras o formas nuevas, sino por sensibilidades nuevas. Vemos una ausencia de formas colectivas; sin embargo, existen muchas propuestas individuales de autores, autores editores y de editores, que han explorado en formatos frescos para llevar la poesía. Pero al ser intentos individuales y aislados perdieron fuerza. Perdieron representatividad. De acá a unos 30 años, vamos a rescatar autores con libros ciertamente originales. Pues como decía Sartre, los genios tienen como característica la falta de reconocimiento de su generación, pues el arte y la vanguardia van siempre de la mano. A la mierda las antologías.

Pues claro, en nuestra generación, nadie quiere quedar mal con nadie, así que en las antologías vemos poetas que solo se conocen entre sí y que siempre están juntos en libros, recitales y demás actividades. Aunque hacer una antología ya es un inicio para quedar mal con muchos. Pero también, a la mierda. La fauna y flora de la literatura no es tan grande.

Hace muchos años leí el libro “Fondo de Fuego” del poeta Ricardo Faya. Un estudio y muestra poética de la generación del 70. Libro más que recomendable. Esperamos que los participantes de esta generación nos puedan dejar un testimonio más allá de su producción. Para conocer qué pasó en esta década. Antes que nosotros nos olvidemos de nosotros mismos.

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