jueves, 19 de marzo de 2009

CON LÚPULO SÍ PASA


- Aló
- Habla chinazo, nos encontramos a las 10 de la noche en la municipalidad de Los Olivos que quiero presentarte a una chica.
- ¡ok, sale y vale!

Las luces del gran árbol de navidad apostado en pleno corazón olivense iluminaban mis extasiadas pupilas imaginando las curvaturas de la amiga de Mustango, mis manos se frotaban una contra otra acariciándose mutuamente más por nerviosismo que por regocijo, mustango llegó solo.

- ¿Ya son las 10? Hay que esperar a la flaca.
- Ya, no importa, pero cuéntame qué tal está tu amiga.
- Bueno, no es una cosa así que digamos que bruto que buena está, pero antes era bonita.
- ¿Cómo que antes?
- Bueno, sucede que se casó, tuvo su hijo, se fue a trabajar a otro continente y regresó maltratadita.
- Qué se le hace ¿pero de cuerpo qué tal está?
- Digamos que tiene lo suyo, como toda flaca, no es muy alta, más bien es chata, tiene buen trasero pero es porque está gorda.
- Tamare Mustango, yo ya me había emocionado, creo que te estás equivocando a la hora de evaluar mis gustos. En fin.

La rebosante amiguita del amigo con nombre parecido al auto hizo por fin su aparición en la palestra del escrutinio y no pasó el examen. Luego de la presentación oficial y de superar el protocolo decidimos irnos a tomar unas cervezas y ver si se podía mover el cuerpo con alguna tonada de moda.

Instalados ya en nuestro cubil chelero dimos rienda suelta a nuestra voraz garganta y las jarras con cerveza mezclada con agua me hicieron creer a pies juntillas que la limonada que prepara mi viejita tiene más contenido alcohólico que la estafa legal y con consentimiento que estábamos recibiendo.

- Mejor vamos a cantar a un karaoke.

La voz de la cordura parecía haber sido vilipendiada por el insulto de cerveza que nos servían y todos al unísono dimos un contundente “vamos” y nos fuimos como se van los que ya se están yendo. Minutos después estábamos apuntando los nombres de las canciones que ese día fueron destruidas en su totalidad.

Yalopasadopasadonomeinteresa sonaba de la portentosa voz de soprano de coro de iglesia de la amiga en mención mientras los dos varones presentes consumíamos, por fin, la gratificante cerveza de verdad y muy cargada. Luego, como era de esperarse, ambos coincidimos en los servicios higiénicos.

- Oye, tienes razón, no pasa nada con mi amiga, pero ya pues, dediquémonos a tomar nomás, qué se le va a hacer, yo tenía buenas intenciones.
- La verdad, la verdad, creo que la chela está haciendo su trabajo, tampoco es como para que me case con ella, como que ya se está poniendo un poquito mejor, no está tan gorda, tiene su figurita, si la miras bien, pero bien, te vas a dar cuenta.
- No creo chinazo, no te conviene, al día siguiente vas a querer buscara a otra flaca para quitarte el mal sabor.
- Tienes razón.

Pidounaplausoparaelamorquehabiallegado y palmas de todo el mundo y un tímido coro de otro, otro, otro sonaba en las mesas aledañas, la verdad es que nos estábamos luciendo y se hacía más entretenida la noche. Una hora después y con varias canciones hechas añico y muchas más jarras de cerveza el panorama parecía tener visos fuera de la realidad, porque todo se ponía más bonito, incluso la amiga de Mustango, no por las puras el local se llamaba Fantasy.

- Pucha hermano, lo siento, para la próxima mejor te mando las fotos antes de presentártelas, la estoy viendo bien bien y si que está gorda, ¿has visto esos adornos con marco dorado y plateado que tiene en las muelas? Ta que desagradable.
- Pero la verdad, la verdad, es que no se si es el alcohol o es ella pero hasta bonita me está pareciendo.
- Noooooooo, no te atrevas, me vas a decepcionar, ella hasta buena gente nomás llega, pobre de ti y de tu currículum tío.

Las 4 de la mañana ya no es buena hora para pensar, tampoco para el instinto y menos para la vejiga si llevas contigo varios litros de cerveza en tu organismo. Terminando el último sorbo que quedaba en mi vaso le hice una seña a Mustango indicando que me iba al baño y a la amiga un guiño seductor tratando de hacerle saber que estaba dispuesto a todo esa noche.
Llegué a duras penas al urinario, descargué la urea almacenada y me envalentoné un poco más, total, a falta de pan buenas son tortas o como me dijo Mustango horas antes: “si del cielo te caen zapallos, aprende a hacer locro”.
Al parecer esa frase se le habría venido a la mente a mi amigo ya que cuando me ausenté aprovechó el tiempo y me metió tremendo cabe porque si mis ojos no me engañaban y las luces de neon no alteraron la realidad, él estaba alojando su lengua en aquella garganta que algún odontólogo con vocación de orfebre había escudriñado. También parecía que ella estaba dispuesta a todo ya que contribuía en el intercambio de saliva alcohólica con mucho esmero y hasta gran maestría.

- Oye chinazo, creo que nos vamos.
- Tamare Mustango, tremenda traición a la patria eh, esto es peor que sentarse calato en la bandera.
- Pero si yo te dije que estaba buena la chata, como no querías, no iba a dejar que se mosquee la mercadería.
- ¿Pero y lo de los dientes y que estaba gorda y toda esa nota?
- Bueno, si le quitas unos kilos, le sacas la dentadura, le cambias el color de cabello y la alucinas más alta, queda una mujer. Así que buenas noches los pastores y arriba Perú.

La tendencia suicida volvió por un instante a mi ser, pero mejor caminé hasta mi casa a unas cuadras cercanas y dejé que Mustango haga rechinar la cama mientras yo procuraba acurrucarme entre mis almohadas. Dormí tranquilamente hasta que muy temprano en la mañana sonó nuevamente el teléfono.

- Aló
- Habla chinazo, nos encontramos a las 10 de la mañana en la municipalidad de Los Olivos que quiero quitarme el mal sabor con unas chelas.
- ¡ok, sale y vale!


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Autor: Fernando Zuzunaga