La inspiración tocó su puerta y le dijo “tú no serás poeta”. Él, todavía con la resaca y con un taladro oxidado perforándole la sien, la confundió con el que dejaba el recibo de la luz. Le dijo que deje el sobre y que se largue.
La inspiración entonces lo empujó abriéndose paso, vio la sala desordenada, el trago derramado, las botellas vacías de cerveza, sobres de mezcalina, discos de Carmencita Lara, AC/DC, Jean Louis Aubert, Chalchaleros y Carla Bruni. Y le dijo que “un poema también puede estar en la armonía del caos, pero tú no serás poeta”. Él solo cerró la puerta, no la miró ni con desprecio siquiera y le dijo que si quiere se quedara pero que se calle.
-Tú no serás poeta si duermes
-No me jodas -le dijo, y se tiró de bruces sobre el sillón más cercano.
-Tú no serás poeta si descansas, hay que tener disciplina.
-No me jodas, dile eso a Vargas Llosa, a mí no me tiraron los cachacos.
-Tú no serás poeta, levántate.
-Si no seré poeta para qué te molestas, lárgate.
-Sírveme un trago.
Se levantó, sirvió un ron con Coca Cola y le puso dos hielos con la mano. Se echó otra vez en el sillón y le dijo que ya no jodiera.
-Al menos dime para qué me llamaste.
-Yo no te llamé, yo estaba durmiendo. Además, yo no quiero ser poeta, solo escribo y a veces para sentirme mejor.
-Aún así, escribes pensando ser poeta pero no lo eres, no eres capaz de encontrar belleza en la acritud de tus palabras.
-Yo escribo porque me da la gana y ahora por tu culpa necesito quitarme este dolor de cabeza.
-Si tomas este trago de mierda, cómo no vas a estar mal.
-Se toma lo que se puede, no jodas. Además no es el trago, sino la mezcalina, no la había probado jamás. Al principio happy, después…
Suena el teléfono. Él contesta y elevando el tono de voz a medida que tartamudea de rabia, dice que no está interesado en comprar enciclopedias por teléfono. “¡Además, en qué parte del teléfono introduciría el dinero, idiotas!”. Y cuelga con violencia.
-Bueno, tú no serás poeta, eso vine a decirte.
-Y ya me lo repetiste un culo de veces… ni siquiera sé qué haces aquí.
-Vine a decirte eso, me abriste la puerta.
-Ah, ya recuerdo, viniste a darme el recibo de la luz.
-¿Cuál recibo idiota? ¡Soy la inspiración!
-Pero no pareces mujer, más pareces travestido.
-Bueno, ya no aguanto. Antes de irme solo una pregunta: dónde están los cuadernos azules. Vine a llevármelos porque ahí no hay poesía. No quiero ser responsable por las huevadas que piensas publicar.
-Pero tú estás muy cojuda, ¿de qué cuadernos hablas?
-De las ridiculeces que sueles escribir, las escribes en cuadernos azules.
-¿Pero de qué hablas?, inspiración de niño down.
-Ya basta de juegos, yo vine por los cuadernos.
-Oe, tú te has metido más mezcalina que yo.
-Drogadicto de mierda, dame esos cuadernos que tengo que ir a visitar a Iván Thays y luego a Alonso Cueto, no me quedará mucho tiempo para los dos.
-¿Quiénes son esos? Y por qué te vistes de blanco. ¿Pureza? Tieneeeenes una cara de rucaaaaza…
-…
-Mira Madame Mariposa, por más drogadicto que esté, te aseguro que no sé de qué cuadernos hablas.
-Adán, sino me quieres apoyar, le diré a la nostalgia y la soledad, que te den una buena visitada y ya sabes lo que te pasa cuando ellas se ponen pesadas.
-Uy, jajaja jajaja.
-De qué te ríes imbécil.
-Jajaja jajaja jajaja.
-Puta mare, cómo me hacen perder el tiempo en este huevón.
-Jajaja… es que, jajaja… Adán se llama el vecino del segundo piso. Jajaja…
-Hijo de puta, ya lo decía yo, por qué tanta mierda acumulada en un solo cerebro.
-Jajaja, puta drogadicta, has bien tu trabajo, jajaja. Y esas nostalgia y soledad, ¿no son una pareja de lesbianas? Jajaja… jajajaja. Juju jujuju jajajaj que risa que me da…
Entonces la Inspiración se bebió el ron con coca cola, se pasó los dos hielos, se levantó, miró con desprecio a Felipe y éste le dijo que deje el recibo de la luz sobre la mesa.
-Ningún recibo huevón, yo no soy de Electrosur.
La Inspiración salió dando un portazo y por la mala mañana ya no visitó a Adán que andaba con la pistola en la cabeza porque tenía el papel en blanco desde hace una semana y dos horas. La Inspiración se fue a visitar a Thays que andaba con eso de publicar otra novela sobre su cabello.
Estos versos terminan con una sinfonía de Chopin, ejecutada a cuatro manos y
El eco de un balazo que brota en ondas azules de la habitación de Adán Ignacio Pérez y Garza que fue víctima del robo de una mochila que contenía 5 cuadernos Escrib azules, de 100 hojas, rayados. “¡Todos mis poemas, mierda!”
La inspiración entonces lo empujó abriéndose paso, vio la sala desordenada, el trago derramado, las botellas vacías de cerveza, sobres de mezcalina, discos de Carmencita Lara, AC/DC, Jean Louis Aubert, Chalchaleros y Carla Bruni. Y le dijo que “un poema también puede estar en la armonía del caos, pero tú no serás poeta”. Él solo cerró la puerta, no la miró ni con desprecio siquiera y le dijo que si quiere se quedara pero que se calle.
-Tú no serás poeta si duermes
-No me jodas -le dijo, y se tiró de bruces sobre el sillón más cercano.
-Tú no serás poeta si descansas, hay que tener disciplina.
-No me jodas, dile eso a Vargas Llosa, a mí no me tiraron los cachacos.
-Tú no serás poeta, levántate.
-Si no seré poeta para qué te molestas, lárgate.
-Sírveme un trago.
Se levantó, sirvió un ron con Coca Cola y le puso dos hielos con la mano. Se echó otra vez en el sillón y le dijo que ya no jodiera.
-Al menos dime para qué me llamaste.
-Yo no te llamé, yo estaba durmiendo. Además, yo no quiero ser poeta, solo escribo y a veces para sentirme mejor.
-Aún así, escribes pensando ser poeta pero no lo eres, no eres capaz de encontrar belleza en la acritud de tus palabras.
-Yo escribo porque me da la gana y ahora por tu culpa necesito quitarme este dolor de cabeza.
-Si tomas este trago de mierda, cómo no vas a estar mal.
-Se toma lo que se puede, no jodas. Además no es el trago, sino la mezcalina, no la había probado jamás. Al principio happy, después…
Suena el teléfono. Él contesta y elevando el tono de voz a medida que tartamudea de rabia, dice que no está interesado en comprar enciclopedias por teléfono. “¡Además, en qué parte del teléfono introduciría el dinero, idiotas!”. Y cuelga con violencia.
-Bueno, tú no serás poeta, eso vine a decirte.
-Y ya me lo repetiste un culo de veces… ni siquiera sé qué haces aquí.
-Vine a decirte eso, me abriste la puerta.
-Ah, ya recuerdo, viniste a darme el recibo de la luz.
-¿Cuál recibo idiota? ¡Soy la inspiración!
-Pero no pareces mujer, más pareces travestido.
-Bueno, ya no aguanto. Antes de irme solo una pregunta: dónde están los cuadernos azules. Vine a llevármelos porque ahí no hay poesía. No quiero ser responsable por las huevadas que piensas publicar.
-Pero tú estás muy cojuda, ¿de qué cuadernos hablas?
-De las ridiculeces que sueles escribir, las escribes en cuadernos azules.
-¿Pero de qué hablas?, inspiración de niño down.
-Ya basta de juegos, yo vine por los cuadernos.
-Oe, tú te has metido más mezcalina que yo.
-Drogadicto de mierda, dame esos cuadernos que tengo que ir a visitar a Iván Thays y luego a Alonso Cueto, no me quedará mucho tiempo para los dos.
-¿Quiénes son esos? Y por qué te vistes de blanco. ¿Pureza? Tieneeeenes una cara de rucaaaaza…
-…
-Mira Madame Mariposa, por más drogadicto que esté, te aseguro que no sé de qué cuadernos hablas.
-Adán, sino me quieres apoyar, le diré a la nostalgia y la soledad, que te den una buena visitada y ya sabes lo que te pasa cuando ellas se ponen pesadas.
-Uy, jajaja jajaja.
-De qué te ríes imbécil.
-Jajaja jajaja jajaja.
-Puta mare, cómo me hacen perder el tiempo en este huevón.
-Jajaja… es que, jajaja… Adán se llama el vecino del segundo piso. Jajaja…
-Hijo de puta, ya lo decía yo, por qué tanta mierda acumulada en un solo cerebro.
-Jajaja, puta drogadicta, has bien tu trabajo, jajaja. Y esas nostalgia y soledad, ¿no son una pareja de lesbianas? Jajaja… jajajaja. Juju jujuju jajajaj que risa que me da…
Entonces la Inspiración se bebió el ron con coca cola, se pasó los dos hielos, se levantó, miró con desprecio a Felipe y éste le dijo que deje el recibo de la luz sobre la mesa.
-Ningún recibo huevón, yo no soy de Electrosur.
La Inspiración salió dando un portazo y por la mala mañana ya no visitó a Adán que andaba con la pistola en la cabeza porque tenía el papel en blanco desde hace una semana y dos horas. La Inspiración se fue a visitar a Thays que andaba con eso de publicar otra novela sobre su cabello.
Estos versos terminan con una sinfonía de Chopin, ejecutada a cuatro manos y
El eco de un balazo que brota en ondas azules de la habitación de Adán Ignacio Pérez y Garza que fue víctima del robo de una mochila que contenía 5 cuadernos Escrib azules, de 100 hojas, rayados. “¡Todos mis poemas, mierda!”
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